Disciplina y Expansión
Entre esas razones, algunas llaman mucho la atención, a saber: el celo inflexible de los cristianos; la doctrina de la vida futura; la pura y austera moralidad de los creyentes; y la unión y disciplina de la iglesia.
Las dos últimas razones son comentadas por Gibbon de modo curioso. Él dice que la pureza de los cristianos provenÃa de su arrepentimiento de los pecados pasados y del laudable deseo de defender la reputación de la iglesia en la que se habÃan integrado.
Según él, la disciplina (¡la cuarta razón para el crecimiento!) recaÃa sobre los creyentes que no se mantenÃan en una vida de pureza y se constituÃa en una gran fuerza de la iglesia. Sin ella, conforme creÃan los cristianos de la época, la cristiandad llegarÃa a su fin.
Todo esto demuestra que aquellos que dicen que la disciplina perjudica el avance de la iglesia están equivocados. La historia del cristianismo revela exactamente lo contrario: el cristianismo se extendió en todo el mundo en un tiempo récord porque la iglesia, entre otras cosas, practicaba la disciplina enseñada en el Nuevo Testamento (Mt 18.15-19; 1Cor 5.1-11).
Por lo tanto, que quede lejos de nosotros la idea de que la disciplina bÃblica es desnecesaria o incluso ruin. Recordemos que fue el propio Señor quien la instituyó y lo hizo, sin duda, por el bien de su querido rebaño.
Por eso, no resistamos en hacer la voluntad de Cristo y apliquemos la punición bÃblica a todo pecador obstinado. No hacerlo nos tornará rebeldes como ellos.
Pr. Marcos Granconato
Soli Deo gloria