¿A dónde fueron a parar?
En todos esos libros hay comentarios sobre 1 Timoteo 3.1-7, el texto clásico que enseña cómo debe ser el pastor. Aunque algunas personas digan que ese texto presenta ideales y no exigencias, sigue siendo evidente que Paulo describe allà cómo el ministro de Cristo debe ser y no como deberÃa ser.
En nuestros dÃas, sin embargo, aunque haya un notable incremento en el número de pastores, parece no existir más la preocupación con estas cosas. El interés que tuve cuando joven, en aprender cómo debe ser el pastor, está ausente en gran parte de aquellos quienes hoy se presentan como siervos de Dios. De hecho, si leemos 1 Timoteo 3.1-7, veremos que muy pocos pastores se encajan en lo que está descrito allÃ. Y peor: quien diga que esos pastores deben salir del ministerio inmediatamente es catalogado como ¡radical y sin amor!
Por todo ello, nuestros dÃas son muy difÃciles. Personas sin ninguna calificación se dicen capaces de orientar a otros y asà ciegos guÃan a otros ciegos. Y los ciegos conductores fingen y dicen que ven. Para empeorar las cosas, nuevas mentiras se enseñan a cada dÃa, textos bÃblicos son distorsionados aterradoramente y las ovejas perecen de hambre, sin recibir el cuidado individual que el ministerio pastoral debe ofrecer.
Necesitamos urgentemente pastores según el corazón de Dios. Necesitamos ministros de verdad, que aman la Palabra y al pueblo de Dios. ¿Adónde será que ellos fueron a parar?
Marcos Granconato
Soli Deo gloria