Los domingos del 2009
La costumbre que entre nosotros persiste desde hace mucho tiempo, sin embargo, es la de hacer nuestras reuniones los domingos, ya que Jesús resucitó en ese dÃa y la mayorÃa de las personas están libres de sus actividades profesionales en el primer dÃa de la semana.
AsÃ, el domingo se convirtió para nosotros en el "dÃa de ir a la Iglesia", lo que lo hace especial y lleno de alegrÃa. De hecho, ese dÃa reencontramos a nuestros hermanos y cantamos juntos, oramos juntos, servimos a Dios y aprendemos juntos. ¡Qué agradable es para nosotros el primer dÃa de la semana!
A lo largo del 2009, tuvimos 52 domingos. Mirando hacia atrás surgen entonces las siguientes preguntas: ¿Realmente aprovechamos esos dÃas para tener comunión mutua, adorar a Dios y servir a su Reino? ¿Cómo utilizamos nuestro tiempo en esos dÃas libres que el Señor nos dio? ¿Los aprovechamos para estrechar nuestros lazos? ¿Estuvimos presentes en los cultos? ¿Nos dispusimos para suplir las necesidades de la Iglesia?
De hecho, el Cristianismo no enseña a guardar ningún dÃa de la semana. Por otro lado, el cristianismo enseña que el descuido con las cosas de Dios, el desprecio y abandono de la adoración colectiva y la negligencia en la comunión con nuestros hermanos son pecados horribles, merecedores del castigo celestial (Ef 4.3; 5.18-20; Hb 10.25). ¿Será que los domingos del 2009 revelaron la existencia de estos pecados en nosotros?
Marcos Granconato
Soli Deo gloria