Una encuesta fue realizada por el Senado y la mayoría votó en contra de este Proyecto de Ley (51,54% contra 48,46%). Ahora, los creyentes esperan que este resultado influencie los votos de los senadores y que el PL 122/06 fracase definitivamente.

Todo ese alboroto sobre el tema de la homosexualidad puede dejar muy confusos a los creyentes menos preparados. Son tantos argumentos pro y contra que alguien sin conocimiento sólido de la Biblia puede permanecer sin saber cómo posicionarse.

Pues bien, a fin de ayudar hermanos en esta situación, debemos decir clara y directamente lo siguiente: La homosexualidad no es una enfermedad y ni la condición con la que nace una persona. La homosexualidad es una opción de vida y, según la Biblia, una opción equivocada. Se trata, por lo tanto, de pecado – un pecado de los más repugnantes. En efecto, la evidencia de ello en las Escrituras es abundante (Gn 19.4-9; Lv 20.13; Rm 1.26-27; 1Co 6.9-10; 1Tm 1.9-10).

Así, con respecto a los homosexuales, ningún creyente normal nutre prejuicios en contra de lo que ellos son, ya que son sólo hombres y mujeres como otro cualesquiera. Lo que el creyente nutre (y esto correctamente) es la convicción de que la conducta que estas personas han adoptado voluntariamente está mal, ya que la Biblia la describe como abominable a los ojos de Dios.

Marcos Granconato

Soli Deo gloria