¿Por qué la Iglesia es Importante?
Este discurso es tan común, pero absolutamente carente de apoyo bíblico (¡y de honestidad!). De hecho, a la luz de las Escrituras, con todos sus defectos, la iglesia debe ser objeto del celo del pueblo de Dios que, al percibirla eventualmente maculada, debe perseverar en la lucha por protegerla y perfeccionarla, ya que, conforme enseña la Santa Palabra, esta comunidad es crucial en muchos aspectos.
Surge entonces la pregunta inevitable: ¿Por qué la iglesia es tan importante a la luz del cristianismo auténtico?
En primer lugar, la iglesia es sumamente importante porque proporciona el contexto en el que ocurre la cura sustancial en las relaciones interpersonales. Es en la iglesia local en que las personas de diferente edad, origen, etnia, cultura, instrucción y nivel social son convidadas a vivir en completa armonía, formando una verdadera familia (1Cor 1.10; 12.12-27; 2Cor 13.11; Gál 3.28; Ef 4.1-3; Flp 1.27; 2.1-4; 4.2,3; 1P 3.8). Y esta unidad tiene como base la propia obra redentora de Cristo (1Cor 10.16,17), de modo que quien la ataca, se subleva, en realidad, contra uno de los santos propósitos de la cruz (Ef 2.13-19).
La importancia de la iglesia también radica en el hecho de ser el grupo en el que el nivel de compromiso del creyente da la medida de su salud espiritual. De hecho, Juan muestra cómo descubrir si alguien está caminando en la luz. Él dice: "Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros..." (1Jn 1.7). Esto se debe a que existe una íntima relación entre Cristo y la iglesia, relación en la cual ella es el "cuerpo" y él, la "cabeza" (Ef. 1.22,23; 5.23; Col 1.24). De este modo, es imposible apartarse de la iglesia sin apartarse de Cristo; y el terrible Saulo descubrió, perplejo, que era imposible odiar y atacar a la iglesia sin, al mismo tiempo, odiar y perseguir al propio Señor (Hch 9.1-5).
La iglesia también es vital porque Dios determinó que fuese el granero donde el cristiano pudiese encontrar alimento para crecer espiritualmente. De hecho, en ella el Señor puso personas con los más diversos dones (Rm 12.4-8) para que, por medio de ellas, los santos se tornasen, poco a poco, semejantes a Cristo y maduros y no siguiesen enseñanzas engañosas (Ef 4.11-14).
Además de todo eso, la relevancia de la iglesia local es innegable porque ella es la organización responsable por la evangelización (Hch 13.1-3), la capacitación y consagración de los ministros de la Palabra (1Tm 4.14; 2Tm 2.2) y la reducción del sufrimiento de los siervos de Cristo que padecen (2Cor 9.1,2,12).
Finalmente, la iglesia es importante porque es la guardiana de la Sana Doctrina (1Tm 3.14,15). Como protectora de depósito tan preciado, se levanta contra todo lo que se caracteriza por falsedad y no solamente rechaza el fraude sino que también lo desenmascara. La verdadera iglesia no le da la bienvenida a las constantes novedades doctrinarias que aparecen día tras día en el escenario dicho evangélico. Antes, protege el legado que recibió de los antiguos. La fe antigua que habitó en los antepasados cristianos de sus miembros es la misma fe que hoy en estos también habita (2Tm 1.5; 3.14,15), los cuales la conservan con celo inigualable (Gál 1.8,9; 1Tm.1.18,19; 4.16; 6.11-14,20,21; 2Tm 1.13,14).
Con todo esto y muchas otras cosas que la Biblia enseña, ¿será que un creyente puede realmente creer en la falacia de que la iglesia es una "organización" inútil que debe ser evitada? Pero, por favor...
Pr. Marcos Granconato
Soli Deo gloria