Reforma Protestante: Un Movimiento Libertador
La reforma fue importante por varias razones. Entre ellas, las principales, como era de esperar, se refieren al cristianismo. De hecho, en este aspecto, la reforma fue crucial porque redefinió la cuestión de la autoridad en la iglesia, rescató la doctrina de la justificación solamente por la fe y devolvió al cristiano común su lugar dentro de la comunidad de los santos.
En efecto, en la cuestión de la autoridad, el catolicismo medieval habÃa colocado exclusivamente en manos del Papa el poder de decidir cualquier asunto en el ámbito espiritual y doctrinario. La última palabra sobre estos asuntos era del obispo de Roma y todos los que la desafiasen eran castigados con la temida espada de la excomunión. Con el advenimiento de la Reforma, sin embargo, la autoridad sobre la iglesia fue atribuida nuevamente a la Biblia, la cual comenzó a ser vista como regla exclusiva de fe y conducta para los cristianos (2Tm 3.16).
En cuanto a la doctrina de la justificación, el romanismo habÃa enseñado durante siglos la necesidad de buenas obras, peregrinaciones, penitencias y compra de indulgencias para que el hombre fuese salvo. Lutero y los demás reformadores, sin embargo, insistieron en la doctrina paulina de que, para ser considerado justo delante de Dios, sólo basta que el hombre crea en el Hijo de Dios y lo reciba por la fe (Rm 1.17).
Finalmente, en cuanto al lugar del cristiano común dentro de la iglesia, el catolicismo habÃa enseñado una jerarquÃa en la que el lego se encontraba en la base o incluso fuera de la pirámide eclesiástica. La doctrina protestante, sin embargo, declaró que los fieles son parte de la iglesia sin ninguna distinción, siendo todos miembros de un sacerdocio que tiene acceso directo a Dios (1Pe 2.9).
Por todo esto la Reforma Protestante debe considerarse un movimiento libertador. Como se ve, Dios la usó para libertar al hombre de la tiranÃa, de la mentira y del desprecio que por casi mil años torturaron a la humanidad.
Marcos Granconato
Soli Deo gloria