Caballos de Troya
Aunque la existencia de Troya no sea más puesta en duda (sus ruinas fueron descubiertas en 1870 por el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann), no se sabe si su destrucción aconteció exactamente asÃ. Sea como fuere, la "leyenda" del caballo de Troya tiene un gran valor ilustrativo.
De hecho, es a menudo de manera amigable y aparentemente benigna que los mayores enemigos de los creyentes entran en sus vidas, en sus hogares y en sus iglesias. Ellos son "extranjeros" y muchas veces no lo niegan. Afirman claramente que no son creyentes, no disfrutando de la ciudadanÃa celestial. Sin embargo, se presentan como amigos simpáticos, "buena gente", sobre quienes muchas veces decimos que "son mejores que muchos creyentes". Entonces entran en nuestra vida. Les damos espacio y, en un momento dado, cuando ya es demasiado tarde, descubrimos que fueron la causa de nuestra caÃda en la vida cristiana y ruina espiritual.
Por lo tanto, cuidado con los caballos de Troya que son puestos delante de usted y nunca abra las puertas de su vida para los griegos de este mundo (1Cor 6.14-18). Asà como Troya, su historia puede tener un final muy malo.
Pr. Marcos Granconato
Soli Deo gloria