El Palacio de Tomás
De acuerdo con los Hechos de Tomás, este apóstol fue a la India como esclavo carpintero y allí recibió la tarea de construir un palacio para el rey Gundaforus, quien le dio una gran suma de dinero para llevar a cabo el proyecto.
Tomás, sin embargo, decidió construir un palacio en el cielo y repartió todo el dinero entre los pobres. Cuando el rey quiso ver el palacio, él respondió: “No lo puedes ver ahora, pero cuando partas de esta vida, entonces lo verás”. Resultado: el apóstol fue a la cárcel. Más tarde, sin embargo, el rey se convirtió al cristianismo y todo terminó bien.
Nunca sabremos cuánto hay de verídico en esta historia. Sin embargo, con el año llegando a su fin, siempre es bueno hacer un análisis de cuánto hemos acumulado en el cielo.
La Biblia realmente enseña que nuestras obras producen frutos en la patria del más allá (véase Mt 6.19-21; 19. 21; Lc 12.33; 1Tm 6.18-19) y aunque los evangélicos modernos estén preocupados en reunir bienes aquí, como si eso fuese prueba de fe, la verdad es que, en la Biblia, el creyente es exhortado a celar por los actos de justicia y bondad y, así, convertirse en rico para con Dios, con una gran herencia celestial.
Si usted partiese para la eternidad hoy, ¿cómo sería su palacio?, ¿cuál sería el tamaño del tesoro que usted reunió hasta ahora? Que Dios nos conceda un mayor celo para que en aquél día no nos llevemos sorpresas que nos avergüencen (1Jn 2.28).
Pr. Marcos Granconato
Soli Deo gloria