Sexta, 29 de Março de 2024
   
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Escogiendo la Reacción

Cierta vez, leí sobre un pequeño episodio presenciado por un periodista que contaba haber ido con un amigo a un quiosco de periódicos. Al llegar el amigo saludó amablemente al vendedor  y este, a su vez, lo trató con indiferencia. El amigo le pidió el periódico que solía leer y el vendedor, con un movimiento rudo, lo lanzó en dirección del cliente. Asustado con los modales del vendedor, el periodista quedó aún más sorprendido al ver a su amigo pagar y agradecer de manera amable.

Al alejarse del quiosco, el periodista preguntó a su amigo si aquello ocurría siempre. La respuesta fue: "todos los días". Él, entonces, indagó a su amigo el motivo de, aun así, ser amable con aquel hombre rudo. La respuesta fue: "Es porque yo no quiero que aquel hombre tenga control sobre mis reacciones".

Lo que este hombre pasaba delante del vendedor de periódicos es lo mismo que muchos creyentes pasan delante de colegas de trabajo, de compañeros de clase, de familiares e incluso de otros creyentes. Tales situaciones hacen con que ellos sean tentados a reaccionar de manera recíproca a la agresión.

Sin embargo, las Escrituras nos enseñan cómo actuar en estas circunstancias:

a) No dejarse controlar por la ira (Ef 4.26);

b) No buscar venganza (Rm 12.19);

c) Responder con mansedumbre (Pr 15.1);

d) Amar y orar por los perseguidores (Mt 5.44);

e) Responder al mal con bien (Lc 6.27; Rm 12.21; 1Ts 5.15);

f) Hacer lo posible por la paz (Rm 12.18).

Es claro que cumplir cada una de estas orientaciones es difícil y costoso. Aun así, como siervos de aquel que dio su vida por nosotros, esta es nuestra responsabilidad. Es de esta manera que debemos actuar y vivir.

Después de todo, si no atendemos tales órdenes de nuestro Señor en las circunstancias que él previamente nos avisó que encontraríamos, ¿cuándo las atenderemos? ¿Cuándo vayamos a comprar periódico?

Pr. Thomas Tronco

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