Los Dos Peligros
El peligro del creyente aceptar una falsa enseñanza ante la argumentación del seguidor de una secta es muy grande, principalmente en estos dÃas en que la mayorÃa de los cristianos generalmente, debido al deficiente trabajo de los pastores, casi nada saben sobre la Sana Doctrina.
Sin embargo, el peligro de tener placer en confundir a la persona con quien discutimos, o el peligro de deleitarse con la idea de que ganamos en la discusión con el hereje que golpeó en nuestra puerta, en fin, el peligro de, tras un debate doctrinal en el que hemos tenido éxito, tener nuestro orgullo estimulado, es un peligro mucho mayor. Y Satanás muchas veces usa a los seguidores de las sectas no para convencernos de sus doctrinas mentirosas, sino para convencernos de nuestra supuesta superioridad y perspicacia.
Los creyentes muchas veces se rodean de precauciones contra el primer peligro, el peligro de ser llevados por la mentira. Sin embargo, pocas veces perciben el segundo, el de ser tomados por el orgullo.
Satanás no es tonto. Él es extremamente sagaz y conoce la naturaleza humana. Cuando coloca al seguidor de una secta en nuestro camino ni siempre tiene el propósito de desviarnos de la verdad. A veces quiere desviarnos de la humildad. Por lo tanto, estemos siempre alertas y conservemos la doctrina bÃblica, con temor y tremor, en un corazón manso y humilde (2Tm 2.24-26; 1P 3.15-16).
Pr. Marcos Granconato
Soli Deo gloria