La Historia de JoaquÃn
Joaquim llegó al extremo en el vicio de la bebida. Hubo un tiempo en que el alcohol no le satisfacÃa más y él comenzó ¡a beber querosene! ¡Cuánta miseria! No habÃa esperanza de recuperación para JoaquÃn.
Cierto dÃa, un creyente piadoso, pasando por la calle, se compadeció de él: le habló amablemente, le llevó a su casa, le dio un baño con manguera y trapo y le cambió la ropa. JoaquÃn fue llevado a la iglesia donde escuchó de la salvación que Cristo da. Él creyó, se convirtió en un hombre nuevo, consiguió un empleo, se casó, construyó una casa y su sueño ahora es adoptar a un niño.
JoaquÃn no es una fábula cristiana. No es una de aquellas ilustraciones que parecen extraÃdas de los cuentos de hadas. Él es mi amigo. Fui su pastor durante algunos años. Tomé café junto con él y su esposa en su hermosa casa amarilla que, por cierto, queda muy cerca al barrio donde vivo.
La historia que narré muestra sólo un poco de lo que Cristo hace en la vida de quien le pertenece. Sirve para fortalecer nuestra certeza que "si alguien está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquà todas son hechas nuevas". (2Co 5.17).
Pr. Marcos Granconato
Soli Deo gloria