El alemán Rudolf Bultmann (1884-1976), es conocido como uno de los teólogos más influyentes del siglo pasado. El punto de partida de su teología fue la filosofía existencialista de Martin Heidegger, que veía la capacidad de tomar decisiones como la marca distintiva del ser humano.

A partir de esa visión, Bulttmann comenzó a ver con desconfianza cualquier modelo ético (¡inclusive lo expuesto en el NT!) que dijese al hombre cómo vivir, eliminando de él la posibilidad de decidir. Para él, el hombre salvo es el hombre auténtico, que se reconoce como alguien que debe tomar decisiones, abriéndose para el futuro.

La principal preocupación de Bultmann, al preparar sus enseñanzas, era tornar el mensaje cristiano relevante y comprensible para el hombre moderno. Fue esa preocupación que también le llevó a enunciar un principio hermenéutico llamado demitización, según el cual la Biblia debe interpretarse teniendo en cuenta la concepción científica del mundo y no los patrones mitológicos del hombre antiguo.

De esa manera, Bultmann negó puntos centrales de la fe cristiana, como la historicidad de Adán, el nacimiento virginal, la resurrección de Cristo, la vida eterna y la realidad del infierno. Para él, esas doctrinas sólo tendrían valor si fuesen consideradas como figuras de lenguaje, utilizadas para explicar lecciones generales de la fe aceptables para la mente científica del hombre contemporáneo.

La visión de Rudolf Bultmann fue adoptada por seminarios y pastores del medio evangélico conservador y sigue viva amenazando la autoridad de la Biblia y la esencia del mensaje cristiano. Algunos textos que sirven para hacerle frente son: Lucas 1.1-4; Hechos 2.32; 3.15; 10.37-40; 2Corintios 4.2 y 2Pedro 1.16-18.

Pr. Marcos Granconato
Soli Deo gloria